Por aquel entonces yo ya tenia alguna que otra fan, entre mis amigas de toda la vida. Una de ellas, me dijo: Elena, yo confío plenamente en ti, ¿quieres buscarme un piso para reformar, amueblar, decorar y, posteriormente, ponerlo en alquiler?
Al principio sorprendida, después agradecida, acepté su desafío y encontré un piso que reunía todas las condiciones: vistas deslumbrantes y muchísima luz natural, por lo que estaba segura de que después de una reforma integral, el piso quedaría espectacular.
Dicho y hecho, meses más tarde, le entregaba las llaves del piso a mi amiga, amueblado y decorado, para ponerlo en alquiler.